

Drones, bombas, un magnicidio: claves para entender la violencia en Colombia
El cóctel incluye ataques con dron, bombas y violencia política. Estas son las claves para entender el delicado momento que vive Colombia a un año de las elecciones presidenciales y en medio de frustradas negociaciones de paz.
El jueves, el país vivió una jornada sangrienta por ataques guerrilleros que dejaron una veintena de muertos. Un dron derribó por primera vez un helicóptero policial y un camión bomba estalló a plena luz del día en una calle concurrida de Cali, la tercera ciudad.
A esto se suma una seguidilla de recientes atentados, entre ellos el magnicidio de un candidato presidencial, en lo que constituye la peor ola de violencia en una década.
Desde que llegó al poder en 2022, el presidente Gustavo Petro apuesta por negociar una salida pacífica al conflicto con los grupos que no entregaron las armas tras el histórico acuerdo de paz de 2016 con la guerrilla de las FARC.
Según expertos, los dos gobiernos que siguieron a la firma del pacto no lograron ocupar los territorios dejados por los desmovilizados, lo que permitió la consolidación de otras organizaciones.
Analistas consultados por la AFP consideran que los recientes ataques no han sido coordinados pero sí dan cuenta de una atomización de los grupos en guerra contra el Estado y enfrentados entre sí por el rentable botín del narcotráfico.
"Lo que buscan es efectivamente lograr poner al gobierno nacional contra las cuerdas y generar un ambiente de zozobra que tiene mucho que ver con las elecciones del 2026", dice Laura Bonilla, subdirectora de la fundación Paz y Reconciliación.
1.Drones
De manera contraria al uso sofisticado en guerras como la de Ucrania, donde se registran operaciones militares con drones "kamikaze', los guerrilleros lanzan explosivos artesanales desde drones comerciales.
Son baratos, fáciles de utilizar, se compran por internet y no están regulados.
"Desde el 26 de abril de 2024 que se registró el primer ataque hasta hoy serían más de 700 incidentes con dron reportados", indicó una fuente del Ejército a la AFP este jueves.
Las regiones plagadas de narcocultivos en el suroeste del país y la frontera con Venezuela son los puntos más afectados. Allí el zumbido de uno de esos aparatos es una señal de alerta que espanta a todos alrededor.
Aunque suelen ir dirigidos contra fuerzas de seguridad, en el medio decenas de civiles han muerto, según el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Entre enero y mayo, la organización documentó 524 víctimas de artefactos explosivos, un aumento del 145% con respecto al mismo periodo del año anterior, impulsado especialmente por el uso de drones.
La organización registró en ese lapso 137 heridos o fallecidos por artefactos lanzados, un aumento del 342%.
La espectacular caída el jueves de un helicóptero en las montañas de Antioquia (noroeste) tras un ataque con dron alertó sobre un nuevo nivel de sofisticación. Trece policías fallecieron.
El Estado todavía no utiliza drones de combate contra los subversivos.
2.Sin paz
Expertos señalan al gobierno derechista de Iván Duque (2018-2022) de no implementar el acuerdo de paz y desaprovechar un momento clave para retomar el control del Estado en las zonas apartadas donde los grupos armados son la autoridad de facto.
Y luego al primer gobierno de izquierda en la historia del país por una política de paz y seguridad que no ha funcionado.
"Estas negociaciones no avanzaron como deberían avanzar, una estrategia muy mal planteada desde el inicio, sin un objetivo claro, sin tiempos claros, sin unos pasos claros y esto le permitió a los grupos seguir operando mientras se fortalecían", dice a la AFP Óscar Palma, profesor de la Universidad del Rosario.
La guerra se recrudece con el combustible de la cocaína que alcanza picos históricos en el país que más produce el polvo blanco.
En 2023, la producción de esta droga se disparó un 53% hasta alcanzar las 2.600 toneladas anuales, según la ONU.
3.Elecciones 2026
La violencia marca la campaña de cara a las elecciones y revive los fantasmas de los peores años del conflicto, que detuvo con asesinatos a disparos las aspiraciones presidenciales de cinco candidatos en el siglo XX.
"Cualquier atentado que mate civiles quiere decir que estamos fallando en inteligencia" y "también que estamos fallando en las estrategias de negociación" de paz, explica Bonilla.
Dos tiros en la cabeza mataron al senador Miguel Uribe, el candidato favorito de la derecha.
Su partido, el Centro Democrático, ha enarbolado tradicionalmente las banderas de mano dura contra los grupos armados bajo el liderazgo del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010).
El exmandatario enfrenta en primera instancia una condena a 12 años de prisión domiciliaria por soborno en un caso sobre sus vínculos con sangrientos paramilitares antiguerrillas.
G.Abela--JdM