El papa insta en Líbano a los líderes religiosos a combatir la intolerancia
El papa León XIV instó el lunes a los líderes de distintas comunidades religiosas libanesas, reunidos con motivo de su visita, a combatir la intolerancia y la violencia en este país multiconfesional que lo acogió con gran fervor.
En el segundo día de su visita a Líbano, el pontífice peruano-estadounidense fue recibido entre vítores por miles de fieles que esperaron durante horas para verlo pese a la lluvia torrencial.
Algunos gritaban y otros lanzaban arroz en señal de bienvenida al paso del papamóvil. Esta visita "nos ha devuelto la sonrisa (...) después de todas las dificultades que hemos atravesado", declaró Yasmine Chidiac a AFP.
Uno de los momentos más destacados del día fue un evento interreligioso en la plaza de los Mártires, en el centro de Beirut, un espacio emblemático, símbolo de la memoria nacional.
"Ustedes están llamados a ser constructores de paz: a enfrentarse a la intolerancia, a superar la violencia y a desterrar la exclusión", declaró el papa en este país profundamente dividido.
Uno tras otro, los representantes de las doce comunidades cristianas y las cuatro musulmanas se sucedieron para subrayar la importancia de la convivencia en Líbano, que sufrió una larga guerra civil (1975-1990).
- "Seguir esperando y trabajando" -
El lunes por la mañana, León XIV visitó el monasterio de Annaya, en las montañas del norte de Beirut, que alberga la tumba de Chárbel Makhlouf, un monje maronita canonizado en 1977 y reconocido por unir a cristianos, musulmanes y drusos.
"Para el mundo, pedimos paz. Especialmente la imploramos para Líbano y para todo Oriente Medio", dijo desde el interior del monasterio de piedra, iluminado con velas.
La llegada del pontífice despertó un gran entusiasmo en la población libanesa, que vive con el temor de un nuevo conflicto abierto con Israel.
A pesar de la tregua de noviembre de 2024 en su guerra contra el movimiento islamista proiraní Hezbolá, Israel ha intensificado sus ataques en Líbano en las últimas semanas.
Con motivo de la visita de León XIV, que llegó desde Turquía el domingo en el marco de su primer viaje al extranjero como papa, las autoridades decretaron festivos los días 1 y 2 de diciembre.
Después de su paso por el monasterio de Annaya, el pontífice se dirigió al santuario de Harissa, también en el norte de Beirut, donde una gigantesca estatua de Nuestra Señora del Líbano domina el Mediterráneo desde una colina escarpada.
Allí pronunció un discurso en francés ante cientos de obispos, sacerdotes y religiosos, en medio de una nube de teléfonos y gritos de "¡Viva il papa!".
León XIV invitó a los libaneses a "seguir esperando y trabajando, incluso cuando (...) alrededor retumba el ruido de las armas y las exigencias propias de la vida cotidiana se convierten en un desafío".
"Hemos vivido casi dos años y medio de guerra, pero nunca sin esperanza", afirmó a AFP el padre Tony Elias, de 43 años, sacerdote maronita del pueblo de Rmeich, muy cerca de la frontera con Israel.
El papa "lleva consigo un verdadero mensaje de paz (..) Líbano está cansado, ya no puede soportar 50 años de guerra y aspira a la paz", añadió el sacerdote, que llevaba un pañuelo blanco con las banderas del Vaticano y de Líbano.
- "Necesitamos tener esperanza" -
León XIV pidió el domingo a los libaneses que "se queden" en su país, donde el derrumbe económico provocó una emigración masiva.
Aunque no hay cifras oficiales, el centro de investigación independiente Al-Doualiya estima que 800.000 libaneses emigraron entre 2012 y 2024. La población actual se estima en 5,8 millones de habitantes, de los cuales más de un millón son refugiados sirios.
"Estamos lidiando con muchos problemas económicos, sociales y políticos", comentó Elias Abu Nasr Chaalan, un joyero de 44 años y padre de dos niños.
"Necesitamos tener esperanza y unirnos como libaneses", aseguró, y señaló que el pontífice ya ha logrado acercar a las autoridades y líderes religiosos del país. "Con nuestra unidad podremos superar las dificultades".
M.Fenech--JdM